Número Uno
Los ojos hinchados de tanto llorar,
los brazos dormidos de tanto abrazarte,
el cuerpo cansado de tanto desvelo,
el alma pendida sin saber que hacer ni como.
Y no se que plegaria decir
ni que maldición perjurar
para no alejarte de mi vida.
No te vayas
no me dejes
*A mis tios.